Donald Trump vuelve a la frontera. El republicano busca robar protagonismo en la gran jornada de su rival, Kamala Harris, quien esta tarde aceptará la candidatura a la presidencia del Partido Demócrata. Trump está de regreso en Arizona, un territorio decisivo para los comicios del 5 de noviembre y donde mañana celebrará un gran mitin a las afueras de Phoenix. Esta es la segunda visita que el expresidente hace al Estado en el verano, pero la primera desde que Joe Biden abandonó la contienda para que todo cambiara. Trump quiere ganar momento con uno de sus temas preferidos de la campaña: la inmigración ilegal.
Comenzó su visita atacando a su rival, a quien responsabiliza de haber dado un Golpe para quedarse con la nominación demócrata. “Ella era la última en las primarias. Ni siquiera llegó a Iowa. Biden logró 14 millones y ella ninguno. Este país no está listo para tener a una marxista como presidenta”, dijo el expresidente nada más arrancar su mensaje desde un punto de la línea fronteriza. Estaba flanqueado por el muro construido en su Gobierno y por grandes pedazos de acero que la actual Administración decidió no instalar para continuar con la polémica barrera. “La llamo camarada Kamala porque es una radical”, aseguró. “Quiere que nuestro país esté abierto a los criminales del mundo para que vengan a violar y saquear”, dijo.
